Muros by Ramón Piñeiro (Flickr)

La historia de la villa de Muros comienza posiblemente alrededor del siglo X, cuando el rey D. Sancho IV mandó repoblar este lugar que comprendía desde O Ézaro hasta el actual Ponte Nafonso a través de un foro, y su primer nombre conocido es el de Puebla de Muro. El primer documento que prueba su existencia como villa pertenece al año 1286. Sin embargo, es posible que este lugar ya estuviese habitado en siglos anteriores, como lo demuestran los importantes restos prehistóricos diseminados por todo el municipio (gran cantidad de castros, restos de calzadas romanas y numerosas estaciones de arte rupestre, entre los que destacan los petroglifos de Louro y Serres, por su singular belleza y calidad de factura.)

"Muros tiene como prueba de su reputación como una de las villas más hermosas de Galicia, el haber sido declarada Conjunto Histórico-Artístico (Decreto del 29 de mayo de 1970). En el texto del decreto se la define como «Villa marinera que conserva sus valores ambientales, típicos y pintorescos, al lado de la severa grandeza monumental de góticos palacios y templos como el de la antigüa Colegiata y el Santuario de la Virgen del Camino». Esta designación está avalada por su original estructura urbana plagada de calles estrechas y serpenteantes en las que destacan sus acojedores soportales, y por la gran cantidad de monumentos de interés arquitectónico y arqueológico que posee esta localidad marinera."

El paseo por la villa se puede iniciar desde diferentes puntos. Si comenzamos por la parte norte nos encontraremos con la Praza do Concello también conocida por Curro da Praza (por las multitudinarias corridas de toros a principios de siglo), y con otras muchas calles que salen perpendiculares al Paseo de la Marina. De aquí y atravesando dicha plaza se puede subir hasta la calle Real que conecta con la calle Axesta, formando las dos la principal arteria interior del pueblo. Entre estas dos vías y el Paseo de la Marina, se sitúan dos de las plazas más singulares de la villa: la placita de Santa Rosa o plaza del Cristo, (antiguamente plaza de la Leña) donde el protagonista es un hermoso crucero artísticamente labrado del año 1789, y la Plaza de la Pescadería Vieja, actualmente convertida en un espacio de ocio

donde se pueden tomar vinos y tapas en los múltiples bodegones y tabernas situados en los soportales de las viejas casas aquí emplazadas. En esta plaza llama la atención la presencia de una original fuente de cantería que reproduce la silueta de un reptil alado, construida en el año 1929 por el mejor cantero de la villa, D. Francisco Iglesias. Otra plaza de singular encanto que se encuentra casi a medio camino entre la calle Real y la calle Axesta es la Plaza del Mercado (antiguamente Plaza Mayor) presidida por un monumental edificio de cantería y doble escalinata dedicado a este fin.

El paseo por el interior del pueblo esconde toda una serie de sorpresas como puede ser la visión de tres de las fuentes más antiguas y atractivas de Muros: la Fuente de la Axesta (en el tramo final de la calle de este nombre), la Fuente Vieja (en uno de los límites de la calle Real) y la Fuente del Carmen (en el antiguo barrio del Carmen), y de restos estructurales medievales entre los que destaca el Arco de Don Diego. Esta arquería, que se puede contemplar desde la parte interior y desde la parte que da al mar, es una muestra de la exquisitez medieval que en otro tiempo caracterizó a Muros, y su denominación remite a los conocidos obispos medievales que fueron naturales de este lugar.

El recorrido de estas calles y plazas que forman el casco histórico de Muros permitirá también gozar con la presencia de los restos de la antigua muralla y de típicas construcciones marineras dedicadas a vivienda. Estas están compuestas por un bajo asoportalado en arco apuntado o de medio punto, donde antiguamente se situaban las pilas para salar el pescado, y uno o dos pisos donde resalta la presencia de consistentes balcones corridos con barandillas de hierro forjado, soportados por grandes canzorros de cantería. En el bajo de las edificaciones de este tipo que se localizan en primer término frente al mar, y que están equilibradamente engarzadas, antiguamente era frecuente ver como los hombres arreglaban los aparejos de pesca que aquí se disponían mientras que las mujeres salaban y lavaban el pescado. En la actualidad estos bajos hacen la función de paseo cubierto.

Fuente texto: Concello de Muros
Foto: Muros, por Ramón Piñeiro (Creative Commons)